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Agrupación Tucumana Contra la Impunidad

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viernes, 27 de marzo de 2009

Genocidio en Tucumán: ¡Qué no quede impune!

Gacetilla Nº 1

Genocidio:

La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, Naciones Unidas, año 1948, ratificada por la Nación Argentina, establece que genocidio se enmarca en los siguientes actos perpetrados con intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
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¿Por qué afirmamos que hubo genocidio en Tucumán?

La dictadura instaurada el 24 de marzo de 1976 buscaba afianzar el plan económico, político y social de exclusión instaurado en 1966: cierre de ingenios azucareros, represión a los trabajadores, intervención de la Universidad, etc.; para lo cual consideraron que debían poner fin a toda oposición que cuestionara su proyecto de país para unos pocos.

Decimos:
Que los dictadores implementaron un genocidio ya que para, poner fin al grupo opositor en todo su espectro, cometieron los delitos de: violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad agravada, en el marco del delito de Desaparición Forzada de Persona, Torturas agravadas, Torturas seguidas de muerte, y homicidios calificados, siendo el Centro Clandestino de Detención y Exterminio “Arsenal Miguel de Azcuénaga” el destino final de muchas de las víctimas.

En Argentina, se elaboró todo un plan de "eliminación selectiva" o por sectores de población integrantes del pueblo, de modo que puede afirmarse que la selección no fue tanto como personas concretas, ya que hicieron desaparecer o mataron a miles de ellas sin ningún tipo de acepción política o ideológica, como por su integración en determinados colectivos, Sectores o Grupos de la Nación (Grupo Nacional) a los que en su inconcebible dinámica criminal consideraban contrarios.

Como se advierte, lo que caracteriza al obrar genocida es que el represor los constituya en grupo; en grupo que, como tal, configura al sujeto pasivo de la destrucción o eliminación que desata el represor, él es quien constituye o categoriza al “grupo”.

Se trató de combatir todo lo que fuera contrario a la ideología oficial del grupo dominante, tanto en lo religioso, como en lo político, económico y cultural; todos aquellos que significaran un obstáculo para la instauración de un nuevo orden.

¿Por qué es fundamental el castigo a los culpables del delito de genocidio?

Así como el homicidio es la negación del derecho a la vida de seres humanos individuales, el genocidio niega el derecho a la existencia de grupos humanos enteros; tal negación del derecho a la existencia conmueve a la conciencia humana, causa grandes pérdidas a la humanidad en la forma de contribuciones culturales y de otro tipo, representadas por esos grupos humanos y es contraria a la ley moral y al espíritu y los objetivos de las Naciones Unidas al que Argentina ha adherido y aceptado como propio.

Castigando a los culpables estaremos previniendo nuevos genocidios y podremos luchar en la defensa de los derechos humanos de todos en una sociedad justa, sin miedo a ser reprimidos por nuestras ideas.

La impunidad que a consecuencia del genocidio le da poder a los sectores dominantes de la sociedad, permite que el plan económico de exclusión social construído sobre el exterminio de grandes sectores sociales, se perpetúe a través de los mismos agentes: los militares represores, los economistas herederos de Martínez de Hoz, los empresarios que se beneficiaron entonces y ahora, y tantos otros afines a sus intereses.

¿Cuál es la importancia de los derechos humanos para impedir que el genocidio quede impune?
La declaración Universal de los Derechos Humanos es una consecuencia directa del horror causado por el delito de genocidio cometido durante la II Guerra Mundial. La sociedad de Naciones (Naciones Unidas) responde enérgicamente para prevenir todo abuso que pudieren causar los gobernantes de cualquier Estado miembro, lesionando a la condición humana, vulnerando sus derechos más elementales (políticos, económicos, sociales y culturales) garantizados a toda persona por el solo hecho de ser humano.

Es nuestra obligación luchar en pos de la defensa y plena vigencia de los Derechos Humanos.

Lejos de ser una estupidez, es una responsabilidad inexorable de cada ciudadano exigir el respeto a todos los artículos de la declaración Universal de los Derechos Humanos y denunciar cuando estos sean vulnerados; ninguna sociedad responsable debe soslayarlo. No debemos permitir que la ignorancia de algunos nutra a aquellos que les conviene denostar la plena vigencia de los Derechos Humanos en pos de tener vía libre para la implementación de un modelo de país que inevitablemente excluya a un gran porcentaje de la población. Es imprescindible estar atentos y no permitir mensajes confusos y oportunistas… afirmamos: ¡ningún pibe nace chorro!: modelos económico‐políticos de exclusión los hace, la impunidad del aparato represivo de ayer protege a sus mentores.

La importancia de la memoria respecto al genocidio…

La memoria es una de las mejores herramientas para impedir que aquellos que vulneraron con total impunidad nuestros derechos más elementales repitan o intenten repetir sus atropellos;
decimos: ¡nunca más!, la memoria dice nunca más. Ni un paso atrás en nuestro reclamo por justicia, se hace imprescindible que la misma se expida lo más pronto posible para concretar el castigo a los culpables del delito de genocidio, genocidio que lesiona a la humanidad entera privando a 30000 personas, argentinos comprometidos con el proyecto de una sociedad equitativa, del derecho más elemental: la vida, y a todos nosotros: la verdad y la justicia; que los genocidas digan donde están los desaparecidos. Los responsables se esconden tras un cobarde silencio y aparente y contagiosa amnesia.

La memoria… esa que nos permite reconocer la impunidad del aparato represivo en sus múltiples comportamientos; grupos de tareas, grupos de tareas polifacéticos que aun hoy actúan intentando amedrentar, amenazando cobardemente a nuestros abogados, familiares y testigos: NI UN PASO ATRÁS, investigación, justicia y castigo a los grupos que operan tratando de evitar que la Justicia se expida con prontitud en las causas por violación a los derechos humanos, por el delito de GENOCIDIO.

Insistimos: No permitamos que la impunidad de ayer se perpetúe operando contra nuestros querellantes, familiares y testigos tratando de obstaculizar la acción de la Justicia, ni protegiendo a los continuadores de un proyecto económico‐político‐social y cultural de exclusión.

Para que el genocidio no quede impune en Tucumán:

  • Debemos participar activamente en el apoyo a los Juicios contra los genocidas.
  • Comprometernos enérgicamente en la defensa de todos los derechos humanos.
  • Exigir Juicio y Castigo ¡YA! a los culpables del genocidio.
  • Exigir que el Poder Ejecutivo y Judicial no demoren la prosecución de los juicios contra los genocidas.
  • Exigir cárcel común a los culpables de genocidio, Ellos violaron, torturaron, asesinaron, secuestraron niños y robaron las pertenencias de las víctimas.
  • Que los abogados defensores de los derechos humanos, los testigos y miembros del poder judicial gocen de plenas garantías y seguridad en el marco de los juicios contra los genocidas.
  • Desmantelar el aparato represivo del Estado.
  • Exigir la aparición con vida de Jorge Julio López.
  • Denunciar a los grupos de tareas que operan obstaculizando el trabajo de los abogados y de testigos actores en las causas judiciales dentro y fuera de los tribunales.
Genocidio: concepto parido para dar nombre a la más brutal agresión a la condición humana durante el siglo XX, cometida por el régimen nazi y sus aliados internacionales (1939‐1945).

Genocidio en Tucumán: Operativo Independencia (1975): inicio de las prácticas genocidas. “Dictadura Militar” (1976‐1983): genocidio en su máxima expresión. ¡Idéntica metodología, idéntica ideología! 30.000 desaparecidos en Argentina, más de 400 niños apropiados.
El Arsenal Miguel de Azcuénaga fue el Auschwitz argentino.

JUSTICIA YA!
"CÁRCEL, COMÚN, PERPETUA Y EFECTIVA, NI UN SOLO GENOCIDA POR LAS CALLES ARGENTINAS"

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